top of page

QUEDARSE CON LA MAMÁ

Decidí quedarme con mi mamá, a pesar de que los amaba a los dos inmensamente no podía dejar sola a mi mami, yo era todo para ella y se sentiría muy sola sin mi presencia. Los días fueron pasando y era difícil adaptarme a vivir sin mi papá, todo el tiempo tenía ansiedad y me daban muchas ganas de comer en todo momento, no me estaba alimentando bien y ya ni siquiera quería jugar con mis muñecas. Empecé a comer pasteles y postres todos los días, mi mamá lo permitía porque quería verme feliz en medio de estos momentos tan difíciles para mí.

En la escuela todos los niños me empezaron a mirar raro, se reían de mí y yo no entendía qué pasaba. Un día me empezaron a gritar cosas horribles, me decían que estaba gorda y que no iba a poder entrar más al salón porque no podría atravesar la puerta, yo me sentía muy triste, salí llorando y le conté a mi mamá que era como mi mejor amiga el daño que mis compañeros me estaban haciendo. Mi mamá se puso muy triste y me dijo que nada podría

hacerme sentir así otra vez, me dijo que tenía una idea y mientras estábamos comprando un helado, me contó lo que quería que hiciera.

Mi mamá quería que entrara a boxeo, me dijo que así podría defenderme y nadie en la escuela me molestaría, al principio no me gusto la idea, pensaba que el boxeo era cosa de niños pero mi mamá me convenció al decirme que me podría comprar el traje que yo quisiera y de cualquier color. Ella me aseguro que ese podría ser un muy buen hobbie y me emociono la idea de tener un nuevo par de zapatos.

 

Ya todo estaba listo para empezar el entrenamiento, solo me faltaba elegir el color de mis botas, no sabía cual elegir, me encontraba dividida entre dos opciones, cual color debería comprar…

bottom of page