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Me esforcé muchísimo para no cerrar mis ojos y continuar con la carrera. Fue una difícil decisión pero no quería decepcionar a mi papá y preferí continuar.

Me sentía muy mal porque algún niño estaba sufriendo y yo no estaba haciendo nada, pero el compromiso con mi deporte y con mi papá era muy grande así que no abandoné la competencia.

 

Finalmente gané y me sentí demasiado feliz cuando el entrenador nos dijo a mi papá y a mí que querían que participara en una campaña en contra del bullying, por ser un ejemplo de superación de este.

Estaba agradecida y realmente nada se comparaba con lo que sentí en ese momento, además así podría conocer más niños y ayudarlos a ser fuertes frente a las burlas y rechazo de sus compañeros.

TERMINAR LA CARRERA

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