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Esa competencia era muy importante para mí, me había preparado durante mucho tiempo para participar y no quería que alguien corriera riesgo sabiendo que podía ayudar.
Cerré mis ojos y esta vez las botas me llevaron hasta un bonito club, habían unos niños jugando bruscamente en una piscina y trataban de agredir a un niño.
Me acerqué y después de hablar con ellos logré evitar que le hicieran daño a ese indefenso niño. Me sentí muy feliz porque no solo el niño que salvé, sino también los demás me dieron las gracias por ayudarlos y se convirtieron en mis nuevos amigos.
ABANDONAR CARRERA
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